Nepal, un pequeño estado ubicado en una muy peculiar orografía, la falda meridional del Himalaya.
Con forma rectangular alargada, el país alberga, al menos, tres zonas climáticas claramente diferenciadas en franjas alargadas sucesivas, de Norte a Sur, definiendo las relaciones socioculturales entre las diferentes etnias que todavía existen en el presente, y que se reflejan en la característica y variada arquitectura vernácula que posee Nepal: la montaña (entre 8.000 y 3.600 m) con clima ártico y subártico, las colinas (entre 3.600 y 1.200 m) con climas frío y templado, y la región meridional del Terai, cálida y húmeda (bajo 1.200 m) con climas subtropical y tropical.
País principalmente agrícola (yute, caña de azúcar, tabaco, cereal), que también que también destaca por su producción de textiles y alfombras dentro del campo en el que la tradición.
Sin embargo, situado entre sus enormes vecinos la República Popular China y la India, Nepal es uno de los treinta países más pobres y menos desarrollados del mundo y el segundo país más pobre de todo el continente asiático (IMF 2017). Con grandes desigualdades sociales, la mitad de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, con desigualdades de género muy importantes, inestabilidad política, bajo desarrollo tecnológico…
Un país que, además, vive una difícil situación medioambiental con fuertes problemas de deforestación, desastres naturales como inundaciones, monzones torrenciales, terremotos… que únicamente agravan esta situación de carestía general, y que últimamente son mucho más acuciantes por un cambio climático que parece ensañarse más con aquellos países que menos responsabilidades tienen para con él.