Motivación

«El suplícío de Tántalo atormenta a los pobres. Condenados a la sed y al hambre, están
también condenados a contemplar los manjares que la publicidad ofrece. Cuando
acercan la boca o estiran la mano, esas maravillas se alejan.
Manjares de plástico, sueños de plástico. Es de plástico el paraíso que la televisión
ofrece a todos y a pocos otorga [. . .]. En esta civilización, donde las cosas importan
cada vez más y las personas cada vez menos, los fines han sido secuestrados por los
medios: las cosas te compran, el automóvil te maneja, la computadora te programa, la
TV te ve[. .. ].
Los presidentes que prometen el ingreso al Primer Mundo, un acto de magia que nos
convertirá a todos en prósperos miembros del reino del despilfarro, deberían ser
procesados por estafa y por apología del crimen. Por estafa, porque prometen lo
imposible. Si todos consumiéramos como consumen los exprimidores del mundo, nos
quedaríamos sin mundo. Y por apología del crimen: este modelo de vida que se ofrece
como gran orgasmo de la vida, estos delirios del consumo que dicen ser la contraseña
de la felicidad, nos están dejando sin casa: aquella casa que el mundo quiso ser
cuando todavía no era[. .. }.»
Sin embargo:
‘Aunque no podamos adivinar el tiempo que será, sí que tenemos, al menos, el derecho
de imaginar el que queremos que sea. Las Naciones Unidas proclamaron extensas
listas de derechos humanos; pero la inmensa mayoría de la humanidad no tiene más
que el derecho de ver, oír y callar. ¿Qué tal si empezamos a ejercer el jamás
proclamado derecho de soñar? ¿Qué tal si deliramos, por un ratito? Vamos a clavar los
ojos más allá de la infamia, para adivinar otro mundo posible:
[. .. 1 se incorporará a los códigos penales el delito de estupidez que cometen quienes
viven por tener o por ganar, en lugar de vivir por vivir nomás, como canta el pájaro sin
saber que canta y como juega el niño sin saber que juega;
[. .. 1 seremos compatriotas de todos los que tengan voluntad de justicia y voluntad de
belleza, hayan nacido donde hayan nacido y hayan vívido cuando hayan vívido, sin
que importen ni un poquito las fronteras del mapa o del tiempo;
[. . .] Y la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses; pero en este
mundo chambón y jodido, cada noche será vívida como si fuera la última y cada día
como si fuera el primero. «
[Eduardo Galeano. «Patas arriba: la escuela del mundo al revés»1998].

Como ya decía Galeano, ante este mundo «chambón y jodido» reclamemos y
ejerzamos el derecho de soñar, el derecho de imaginar otro mundo.
Tenemos la posibilidad de cambiar las cosas desde las pequeñas actuaciones.
«seamos el cambio que queremos ver en el mundo» (Mahatma Gandhi), no nos
limitemos a seguir dentro de la rueda que genera esta sociedad de consumo. y no
solo, no participemos en ella, sino que aunemos todos nuestros esfuerzos para
detenerla.
En este proceso aparecen oportunidades, puertas que se abren, como esta beca de
Cooperación, para que poco a poco, podamos ir modificando esta realidad a la que
nos enfrentamos, «estamos llamados a ayudar a la tierra, a curar sus heridas y en el
proceso. a sanar las nuestras, a abrazar toda la creación en toda su diversidad,
belleza y maravilla» (Wangari Maathai).
Y para finalizar. retomando a Galeano, resumió la esencia de estas acciones que
llevamos a cabo, todos y todas. con esta famosa frase: «mucha gente pequeña en
lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo».

Asís Casañs Tejedor

«Otro mundo no solo no es posible, sino que esta de camino. En un día tranquilo lo
puedo oír respirar» (Arundhati Roy)